Saturday, August 04, 2007

The jungle never sleeps o el día que me aburría y no me fui a la cama

La selva nunca duerme. Nunca. -Dicho popular

I never sleep. Sleep gives you cancer. -Neil, The Young ones


Era verano. El vibrante zumbido de miles de élitros estridulantes otorgaba una chirriante tensión al aire caliente de la noche, amortiguando el fluir interminable del adelgazado río. La oscuridad era rasgada por lúgubres cantos de lóbregas aves nocturnas, por los espectrales fogonazos de las luciérnagas y el ulular de los Aotus, los monos lechuza de grandes ojos vigilantes y de los extraños kinkajous, tímidos mapaches con aspecto de monos. La naturaleza sobrenatural se manifiesta por la noche.
M. se revolvía en la cama. No debería haber bebido tanto té antes de acostarse. Maldita manía de M. A. de preparar el té por litros en vez
de por tazas. La idea de bajar a oscuras las crujientes escaleras, agarrándose cuidadosamente al pasamanos donde suelen hacer noche tarántulas y escorpiones no le resultaba tentadora.
Con los ojos desenfocados por la somnolencia, vería fugazmente furtivas sombras escurriéndose hacia los rincones, deslizarse por las ranuras, deslumbradas por la tenue luz azulada de su frontal. Vería en la distancia el brillo característico de los ojos de las arañas. Escucharía a las zarigüeyas
revolver en la cocina. Tal vez un sapo se apartara a saltos de su tambaleante camino. Y lo peor de todo, adentrarse en la sofocante pestilencia de la letrina del terror, donde debería soportar "esa" presencia una vez más. El percibir esa conciencia consciente, peligrosa y siniestra, una silueta de escualo bajo las aguas, una serpiente retorciéndose bajo las sábanas. La letrina del terror. La puerta del miedo.
Consultó el re
loj. Eran las dos de la madrugada, la hora de los perdidos, cuando salen las serpientes. Con una expresión de fastidio (shit!) , supo al instante que debería sortear las vívoras del camino y realizar sus necesidades en el puente. Nadie entra en la letrina después de media noche.

No podía dormir, pero no podía pensar en otra cosa. Se incorporó suspirando y se puso las chanclas.
Bajó los crujientes escalones. Se agarró con precaución al pasamanos. El brillo de los ojos de las arañas. Las criaturas buscando los rincones.

Cuando la tenue luz azulada de su frontal iluminó la cocina, no fueron zarigüeyas lo que encontró. Fueron los ojos de M.A. mirándola fijamente, sin pestañear a pesar de la tenue luz azulada de su frontal.
What the fuck! ¿qué haces aquí sentado a oscuras a estas horas? -preguntó, algo irritada por haberse asustado. El rostro de M. A. permanecía sereno e imperturbable, sin revelar emoción alguna.
Esperar a que ocurra algo -dijo tranquilamente, como si fuera algo obvio o incluso razonable. M. resopló. No estaba para acertijos a esas horas. Se encaminó cuidadosamente hacia e
l puente.

Una hoja de Cecropia le hizo dar un respingo. Tenía la misma forma que una Fer de Lance (Bothops asper) enroscada. Llegó al puente. Una fila de hormigas cortadoras de hojas seguía su interminable procesión en silencio. Procuró no acercarse para evitar sus dolorosos mordiscos. Un amblipígido acechaba en las sombras a las incautas, pero sin decidirse a atacar, palpando el aire con sus largos apéndices. Una diminuta rana martillito (Eleuterodactylus diastema) la miraba sin verla, deslumbrada por la tenue luz azulada de su frontal. Un murciélago pasó volando. Algún pájaro gritaba en la distancia. Sonaba como un lamento.

El ave de voz melancólica le hizo recordar la leyenda de la Tulivieja, y como recorría los ríos buscando al hijo que había ahogado, mientras gritaba tristemente "voy... voy...". M. se preguntó si todas las leyendas de la selva tendrían su base en algún pájaro de voz perturbadoramente humana y si la Tulivieja no sería más que un chotacabras de ribera. Sin embargo, sola como estaba en el puente, en medio de la oscuridad solo rasgada por los fogonazos de las luciérnagas, por la tenue luz azulada de su frontal y algunas fosforescencias extrañas que no sabría identificar, pensó que sólo se puede ser escéptico a la luz del sol. Se encaminó de nuevo a la cabaña. M. A. seguía ahí. Freaking freak. Puto colgado. Aún así, se le había pasado el sueño, así que decidió sentarse un rato.
"Hola otra vez". "Hola".
No se estaba mal del todo. Apagó la tenue luz azulada de su frontal al tiempo que un enorme sapo marino (Bufo marinus) daba un pesado salto para esconderse tras el congelador, repleto por la última remesa de ratas congeladas.

La oscuridad lo invadía todo. La "Selva" era una presencia tan tangible y sólida como un bloque de granito. Desde el borde de la cocina se podía ver alguna estrella apuñalando el tapiz de ramas y hojas que conformaba el único cielo concebible en la selva. "Se ha quedado buena noche" -dijo M. A.
"Sí" -c
ontestó M. Y aunque no podía verlo en la oscuridad de la cocina, le dio la impresión de que sonreía. La conversación continuó con grandes pausas entre frase y frase. En la negrura de la cocina, le parecía estar hablando consigo misma o con su conciencia. No hablaron de mucho pero se llenaban de selva y de noche. Al cabo de media hora, M. se despidió entre bostezos.

Cuando se levantó a la mañana siguiente, M. A. estaba desayunando. No podría decir si se había ido a dormir o no: el único momento del día en que parecía soñoliento era por la mañana, independientemente de a la hora a la que se levantara, como si fuera su hora natural de dormir, lo que sus biorritmos le exigían.


Ese día no parecía más cansado que otros. Observó como rebañaba los últimos granos de arroz frío con curri de su media totuma que le servía de plato, cazo y casco. M. A. se dio cuenta de que lo miraba y le mostró orgullosamente la totuma vacía mientras decía "¡sobras frías, el desayuno de los campeones!". Se golpeó su dilatado vientre dos veces y alzó el recipiente sobre su cabeza mientras gritaba triunfal. Lo hacía siempre que se enfrentaba a una exagerada cantidad de comida, como si se tratara de su Everest personal.

M. no sabía mucho de la postguerra española, sospechaba que habría afectado a varias genereaciones atrás, con escaséz, miserias y hambrunas. Acaso a los padres o abuelos de M. A., en nigún caso directamente a él. Pero había algo en el evitar tirar la comida a toda costa, algo casi ridículo que le recordaba a los refugiados que aparecían en las noticias. Incluso aquellas horribles galletas que le habían comentado varias personas "las llamaba las galletas masculinas, galletas hechas por hombres y para hombres" en el tiempo en que no había mujeres en la cabaña. "Ni siquiera eran dulces, estaban quemadas y tenían la consistencia de madera. De hecho arañaban la madera". Al parecer las había hecho con pocos ingredientes: agua, harina y azúcar, y se las había acabado comiendo todas.
Sin embargo, había una excepción a esta regla: los Sacrificios. A veces, sin razón aparente, guardaba la más jugosa de las galletas, o el más apetecible de los patacones para los Grandes Dioses de la Selva, esos seres imaginarios a los que tanta atención prestaba.
Era cómico ver la devoción que les profesaba, aunque había momentos en que le parecía que estaba llevando la broma demasiado lejos, como cada vez que restregaba su sangre en la boca de las máscaras rituales si se cortaba accidentalmente. Daba miedo pensar que podría acabar creyéndose su propia mentira.
Tal vez ese era el problema, no se podía decir cuándo estaba en broma y cuándo en serio, dónde acababa el chiste y empezaba la locura. Tal vez fuera parte de las dos, o tal vez todo lo contrario. En fin, la mañaba acababa de empezar, tenían trabajo que hacer. Ya pensaría en eso más tarde. Había águilas que encontrar.

Dramatis personae:

1) Otro homóptero fricador. Este grandecito y con ocelos al desplegar las alas. Daba saltos y volaba. (Algún día buscaré el nombre)

2) Aotus, el mono lechuza (foto fusilada de internet, pero algo modificada).

3) Kinkajou (Potos flavus, foto también fusilada).

4) Fluffy, el opossum de cuatro ojos que nos visitaba por la noche.

5) Bufo marinus, el gran sapo marino con cara de pocos amigos que vivía detrás de la nevera.

6) La Tulivieja (foto fusilada del Exorcismo de Emily Rose y modificada)

7) Rana martillito (Eleuterodactylus diastema)

9) Dios Arpía de la Jungla

10) M. y M. A. el día que teníamos que decidir quién descansaba. Cabe destacar los detalles como la pústula de leishmaniasis del brazo o los pantalones hechos jirones.

10 comments:

Anonymous said...

Entrada espectacular, como siempre, la espera ha merecido la pena.

Anonymous said...

Gracias por levantarme la moral.
Kusjes
-El autor

V said...

Dos comentarios, en realidad:
1) Me siento un poco perdida entre tanto nombre científico (oh los no-biólogos que pululamos por el planeta entre las sombras de nuestra ignorancia...).
2) Cuéntame lo que sepas de la leyenda de la Tulivieja. Uno de los signos proféticos que precedieron la caída de Tenochtitlán era la aparición de una mujer que por las noches recorría las calles de la ciudad llamando a sus hijos perdidos, recuperada por el movimiento chicano bajo el nombre de la Llorona. ¿Qué leyenda engendra la otra?

V said...

Eso último era una pregunta retórica, ¿eh?

Emc said...

Y este inesperado cambio de look? ahora sólo falta que nos hagas una de tus maravillosas entradas.

Anonymous said...

Es sólo para que las entradas antiguas, de molestos colores claros, se lean mejor.
Kusjes!

Emc said...

¿Y para cuándo la entrada? creo que en estas vacaciones sí has tenido algo de tiempo, lo podías haber invertido en hacer una entrada, jeje.
Besines.

ysa said...

Por fin me he decidido a leer una entrada. Llevo meses con un link a tu blog en mi página, y no me había decidido a ponerme a leerlo tranquilamente hasta ahora...
Y cabe destacar una frase: 'sólo se puede ser escéptico a la luz del sol', me encanta.
Ya está inmortalizada como mi nick del msn... hasta que el viento traiga algo fresco que gritarle de vuelta.
Besines

Anonymous said...

Bonjour, elrefuenpanama.blogspot.com!
[url=http://cialisesse.pun.pl/ ]Achat cialis [/url] [url=http://viagrailli.pun.pl/ ] viagra online[/url] [url=http://cialischwa.pun.pl/ ]Acheter du cialis en ligne[/url] [url=http://viagratitu.pun.pl/ ]Acheter du viagra online[/url] [url=http://cialismaro.pun.pl/ ]Achat cialis en ligne[/url] [url=http://viagraline.pun.pl/ ]Achat viagra online[/url]

Anonymous said...

generic xanax xanax overdose limit - xanax online no prescription